Vívimos en una sociedad dónde parece que mucha gente lo que quiera sea trabajar lo mínimo y tener de todo lo más.
El ejemplo más flagrante son las administraciones públicas dónde empezando por los políticos, pasando por los directivos y acabando con los empleados parece que el objetivo de muchos es trabajar y aportar lo mínimo.
Jornadas laborales lo más reducidas posibles, infinidades de excenciones para poder justificar no ir a trabajar.
Jubilaciones cuánto antes mejor, en las mejores condiciones económicas y con los máximos servicios sociales.
Vemos como los servicios hay muy pocas ganas de trabajar y aportar. Al final tenemos servicios llenos de burocracia pero socialmente muy poco eficaces. Por que la filosofía que hay detrás de la mayoría de entes públicos es cobrar el máximo y aportar lo mínimo.
Vemos el calendario laboral de las escuelas públicas que parece que busquen trabajar lo mínimo, si pudieran cada año reducirían un poco más el calendario escolar, aunque eso perjudique a los alumnos.
Los servicios de bibliotecas y muchos servicios públicos, centros cívicos hacen horarios lo más reducidos posibles que no permiten que la gente cuando tiene tiempo pueda aprovecharlos.
Y el sector público esta lleno de normativas laborales para que los funcionarios puedan aportar lo mínimo posible laboralmente.
Además la gente quiere hacer huelgas y bajas y siempre pidiendo trabajar menos y cobrar más, todo enmascarado de fines sociales.
Y en el sector privado en otras dinámicas pasan cosas parecidas. La gente quiere jubilarse cuánte antes y cobrar lo máximo posible y tener las máximas prestaciones sociales, eso si pagando el resto de la sociedad.
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