El tráfico de influencias y la corrupción entre las administraciones públicas y las empresas privadas es sumamente complicado de demostrar judicialmente con las leyes y la judicatura actual.
Por un lado las leyes las hacen los políticos, contra sus propias prácticas futuras, con lo cual ya se generan dudas de que la clase política tenga realmente interés en acabar con la corrupción de su propio colectivo y del que tanto se benefician ellos y sus familiares.
La presunción de inocencia es una actitud personal, no me consideres culpable si no se ha demostrado que soy culpable.
El problema es que en lo que es el tráfico de influencias es muy díficil de demostrar su existencia, por no decir en muchos casos imposible de demostrar al cien por cien.
Pero creo que no es lícito usar la presunción de inocencia para negar la existencia de casos claros de influencia. Cuando se cobran comisiones millonarias por muy poco trabajo realizado.
Es preocupanto como la administración pública crea sobrecostes en casi todas sus actividades y contrataciones.
Otro aspecto es afirmar que por que la justicia haya considerado inocente a una persona, esa persona sea inocente, cuando la evidencia real demuestra que es bien culpable. Volvemos a utilizar las resoluciones judiciales para tapar la corrupción y al corrupto.
Parece que mucha gente y algunos periodistas esten a favor de los corruptos y de los actos corruptivos.
La justicia pues difílcimente resolverá el problema básico de la corrupción, querer hacer ver que la justicia es la solución y que resolverá la corrupción es otra forma de engañar a la gente y a la sociedad. Entre otras cosas por que muchos jueces pueden ser corruptos y tendenciosos en sus actuaciones.
Y para los jueces es imposible perseguir tantos casos y tener información real de todos los casos, siempre es más fácil esconder la corrupción que demostrarla.
La realidad demuestra que la corrupción sigue practicando a pesar de todo el sistema judicial y los continuos cambios y supuestas mejores de controles públicos.
Personalmente creo que la solución pasa más por incorporar los valores éticos en la sociedad y la clase política y en la prensa.
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